05 noviembre, 2017

Consumo y Moda Sostenible


Hace bastante que leí el libro La magia del orden de Marie kondo y me sentí liberada al deshacerme de tanta cosa sin un valor real para mi. Ahora se que algo debí hacer mal porque sigo con mini limpiezas de armario .
Y es que según recomienda la autora, hay que hacer la limpieza de armario de la época en el que estas y tiene razón, porque en verano yo habría tirado cosas de invierno de las que realmente me habría arrepentido ahora.


No hay nada mejor que cerrar los ojos y sentir una prenda.


Intento comprar siempre ropa de algodón 100% u otros materiales sostenibles y buenos con la piel. Pero no siempre lo consigo ya que el 50% de la última decisión a la hora de comprar la ropa es la estética. Entonces en la balanza hay veces que gana la estética.

Después de seguir este método (siempre adaptado a mi) he cambiado mi visión a la hora de adquirir ciertos productos.

Suelo evitar estampados y si escojo alguno que realmente me guste o represente.


Hace poco en Zara me probé una camiseta que me gustó mucho, pero que sabía que tendría sus días contados en mi armario. No suelo elegir estampados porque me canso muy rápido de ellos y es algo que marca mucho un look.


Una camiseta básica no marca un look, nadie sabe dónde la compraste y se trata de ser original a la hora de combinar.


Y es que no hay más que dar un paseo por un centro comercial, muchas veces te topas con distinta gente que lleva la misma prenda y eso al final aburre... entonces volvemos a lo mismo: hay es donde está el factor estético. 
En la próxima temporada seguro que no te pones esa prenda.

Hay estampados como las rayas que no pasan de moda.


Otra cosa que hago siempre que puedo es evitar tiendas low cost.

La mayoría de sus prendas con de baja calidad y a grandes costes tanto como para el medio ambiente y las personas que trabajan en esas fábricas afinados para sacar una superproducción en tiempo récord.

Si no me creéis podéis echarle un vistazo a este documental de Netflix que me hizo sensibilizar un poco con ciertas cosas.

Tampoco hay que comprar marcas caras.

Basta con leer una etiqueta y saber la composición del producto y su procedencia. 


Esos simples gestos nos pueden ayudar a decidir mejor.

Así que mi conclusión es apostar por la calidad y por cosas que realmente nos gusten y queramos ponernos siempre. Luego la clave está en añadir una o dos prendas que destaquen y así nunca te vas a cansar de llevar siempre lo mismo.
Y aunque yo me decanté por looks más básicos siempre puedes añadirle un pañuelo o collar que dan ese toque distinto. 

Todo está con los ojos que te mires.

Un saludo y mil gracias por leer

Shu Vintage




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